jueves, 27 de marzo de 2014

Pruebas de un alma enferma

Un fulgor desde el cielo sin sol, tan extraño, se ve en el patio. No hay almas cerca pero podemos respirar inquietudes. Cruzando el pasillo con la esperanza de encontrar las estrellas al mirar hacia arriba. Nada más que el rojo de la nube nocturna. Con tal se perciben las hojitas y el espejo. Y tan cansada, con el alma enferma, sin el consuelo de los ojos de luna llena.

Mejor abrázate, criatura, verás que pronto te encontrarás sana. No te olvides de la sabiduría del árbol y de su esencia, la más dulce de todas las cosas, más aún que el néctar de las hojas.

Para la forma, aléjate; para el deleite, procura acercarte lo más que puedas corriendo el peligro de fundirte con lo que no entiendes. Tanto no lo entiendes que te rechazará hasta que aprendas a alejarte y mirar sin miedo su figura.

Y en la puerta todo oscuro. Y en tu camino todo solitario. Tan complicado es, que aunque otros quieran andarlo, se espinan los pies, se lastiman y sufres con su dolor. Entonces llegan unos pies calzados, podría afirmar blindados, donde las agujas del sendero se doblan. Ves que andar es más fácil de lo que pensabas.


No hay temor, alma pura. Aunque tus pies no están blindados, ya te has hecho unas calzas con maderitas que encontraste por allí. Adaptada la vista puedes regresar a tu lecho. Descansar y esperar, que no puedes enfermar más.

Aouda Frog

lunes, 24 de marzo de 2014

Bienvenida a la Primavera

Entre amarillosos verdores cantan unos pajaritos de pecho anaranjado. Se van y vuelven. Algunos sonríen. Bajan sintiendo el frescor mañanero, mas suelen subir al instante. No descansan en el día, cuando los peatones transitan apurados comiendo sus pizzas de brillantes colores.

Se filtra la luz a través de la blanda hendidura esmeralda formando figuras en el asfalto compacto. Vemos la hoja en blanco de la armonía del mediodía, cuando el sol tan solo se encuentra allí, en el centro del sistema donde la Tierra gira y gira dando paso a tu llegada cada año.

Así permites que apreciemos la forma perfecta del hermoso ser viviente. La misma forma del Universo. Hay que alejarse para comprenderla, admirarla; acercarse y entonces disfrutarla. ¡Bellos días de encantos y arrebatos! En medio de marzo se comienza a endulzar el néctar de la esencia. Los pajaritos de pecho anaranjado lo saben y lo gozan, incluso antes de llegar. Las aves negras, unas de picos chatos, también lo saben pero no les importa mucho, al fin que solo es una habitación donde dormir y protegerse del caminante y sus calzas blindadas.

Es la hora de la fiesta que va comenzando. La forma nos regala su ropaje espumoso de buganvilias coloridas, una detrás de otra; una arriba de otra. Trepando las paredes de los patios, acompañantes de los graves guardianes. Allí encontramos el bondadoso adorno, un complemento viviente del asfalto gris, compacto, enmarcado en el azul lejano y armonioso. Es el fondo imperturbable, pacífico, inalcanzable.

Ya comienza el tiempo creado en su belleza, lleno de chispas en cada rincón. La mezcla armoniosa y viviente que, fuera de nosotros, nos acoge transmitiendo sus coloridos efectos. Caen los pedazos amarillos alfombrando el suelo generando brasas con las que algún caminante despreocupado podría envolverse en un incendio.

Te damos la bienvenida por tus cálidos fulgores. Espirales de hermosura donde podemos ensoñarnos, morir y renacer a cada instante. Aun inquietos esperamos nos envuelva tu deleite como cada año ¡qué la rapidez citadina no lo impida!

¡Enhorabuena, brillante compañera nuestra!


Aouda Frog