domingo, 20 de abril de 2014

Sin título

En la noche un caballero caminaba por un callejón.

Al encontrarlo sentí frío, temí por él.

Le di la mano y desde entonces nos acompañamos.

Caminando llegamos

Por Aouda

Te excusas con locura la falta que te hace.

No te falta nada más que amarte a ti mismo como no amas algo de la creación.

Si en la noche gimes por el tormento del bichejo inseparable en la cabeza, justo a un lado de tu oído izquierdo, disfrutas en realidad el Infierno al que te arrastra.

Y en las tardes corres a esconderte para no lastimarnos con tu condición escorpiónica; llenas de ponzoña tu interior frágil y delirante.

Porque todos lo saben pero les niegas la verdad, la evades por una insana fobia al suelo fértil.

Triste Rey, estás en una canción, lloras por dentro tu maldición. Por la tarde te encontré alguna vez refugiado en una cueva.

No soy bruja capaz de combatirte; no soy torre para no doblegarme, nací doblada en más de tres partes, ¿cómo quieres que te sostenga?


Caminando llegaremos a algún lado.