lunes, 26 de mayo de 2014

Un poco de calmado andar

Caminando entre los monumentales fríos la tragó un mar de adoquines. Se sentaba a respirar en las escaleras. Fue cansado ese viaje, escuchar todo el tiempo esa calavera verde a su oreja izquierda... y a la perlita de su derecha. ¿A cuál de las dos hacer caso?

     Lo más ridículo del drama fue vivido en una antigua ciudad, aquella atrapada en frívolos edificios, no por ello poco bellos. Absorbieron el movimiento de Espíritu Inquieto, tan sólo le dejaron un leve andar. Y en esa tranquilidad no más inquieta, se encontraron.

     ¿Otra vez estás triste?

Goodface

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